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Nunca permitas que la soledad te haga regresar con alguien que sabes que no es para ti

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A menudo la soledad es mala compañía y nos hace tomar malas decisiones, pero hasta que no ha pasado bastante tiempo no somos conscientes del tiempo que perdimos confiando en que las cosas cambiarían. Así que vamos a tratar este asunto empezando con una historia real.

Historia real

Ana estuvo 10 años con Juan, se conocieron durante la carrera. Al acabar, Ana se fue a Estados Unidos a hacer un Master, mejorar su inglés y tener una experiencia laboral ahí. Juan, por el contrario, prefirió quedarse, salir los fines de semana de fiesta, y optar por un trabajo que le dejara mucho tiempo libre. Para él lo primero siempre ha sido (y es) pasarlo bien.  

Mientras Ana estuvo ahorrando para comprar un piso y formar una familia, él optó por gastarse todo su sueldo en videojuegos y salidas.  Después de casi 2 años fuera, en los que se fueron viendo cada 3 meses, y un par de rupturas por medio, Ana decidió volver a casa para estar con Juan.

Dado que Ana tenía un currículum muy atractivo, al poco tiempo consiguió entrar en una multinacional donde le pagan un muy buen sueldo, pero le exigían bastante. A ella no le importaba cobrar el doble que Juan, pero cuando decidieron irse a vivir juntos, empezaron a acuciarse los problemas.

A pesar de que él llegaba a casa a las 17h y ella a las 21h, todo estaba sucio y Ana se tenía que poner a limpiar y hacer la cena. Los fines de semana él seguía con sus ganas de fiesta con amigos, videojuegos y fútbol. Como nunca tenía dinero, Ana lo pagaba todo (incluso algunas de sus fiestas). Para colmo, descubrió que le había sido infiel unas cuantas veces, pero como “solo” fue sexo de una noche y ella amaba a Juan, decidió perdonarlo.

Actualmente, Ana lleva tiempo sintiéndose muy infeliz al lado de Juan. Ella dejó un futuro prometedor en USA por estar con él y no entiende por qué a pesar de todo no la valora. Aun así, ella ha estado intentándolo todo para que las cosas funcionaran y ya no sabe qué hacer.

Disonancia Cognitiva

Ana está agotada emocionalmente y hace un mes que dejó a Juan. Es la tercera vez que lo deja desde que vino de USA. Pero la soledad hace que recuerde a su amor de juventud de forma reiterada: cómo se miraban por los pasillos, el primer beso, el viaje de fin de curso, las cartas de amor, … de repente su cerebro le está jugando una mala pasada y empieza a pensar “en el fondo Juan es buena persona y yo lo quiero mucho. Además, con el tiempo seguro que cambia”

Historias similares a la de Ana hay muchas.  

Son muchas las personas que se conforman con cualquiera a fin de no estar solas. Lo peor es que muchas de estas personas creen que si intentan encajar con su pareja, ella cambiará. Pero esto nunca es así.

La mayoría de las personas que pasan por situaciones parecidas, vienen a Mingle People cuando ya han dado 4 o 5 oportunidades y están agotadas emocionalmente por “luchar” por algo que se ve claramente que no funciona. Si hubiesen hecho algún asesoramiento desde el principio, en muchos casos se podría haber reconducido la situación, pero cuando ya está todo enquistado suele ser más difícil.

Cuando Ana se puso en contacto con nosotros, tenía la intención de seguir cambiando todo aquello que estaba mal en ella para poder reconquistar a su pareja una vez más. Tuvimos que trabajar su amor propio, autoestima y definir su proyecto de futuro acorde con lo que ella deseaba en su vida. Aun así, de vez en cuando nos escribe diciendo que quizá debería volver y dar una última oportunidad a su relación.

Ninguna de sus amigas entiende que una mujer como Ana esté empeñada en volver, otra vez, con una persona como Juan, pero lo que le pasa a Ana tiene un nombre “disonancia cognitiva”. Por un lado, sabe que no tiene sentido volver con su ex, pero, por otro lado, teme no encontrar a nadie que la quiera. Su mayor temor es quedarse sola para siempre. Siempre que hay algún día festivo o evento importante lo recuerda y se plantea enviarle algún mensaje.

disonancia cognitiva
Incompatibilidad – disonancia cognitiva

En el caso de Ana, los avances han estado siendo bastante rápidos, pero la mayoría de las ocasiones suelen llevar más tiempo. Generalmente, hay mucho dolor acumulado y sobre todo muchas ilusiones truncadas que hace que nos planteemos si quizás podríamos haber hecho las cosas distintas.

Es precisamente cuando estamos en soledad que empezamos a soñar con la ilusión de que nuestra relación tóxica se podría volver un cuento de hadas si cambiamos un poco más y decidimos dar una última oportunidad nuevamente.

Nuestra mente parece ver solo dos opciones “estar con alguien que ya conozco y que puede cambiar (aunque sabemos que esto no va a pasar) o dejar la relación y enfrentarme a la posibilidad de quedarse solo”

Encajar en la vida de alguien

Todos sabemos cuándo sentimos que no acabamos de encajar en la vida de alguien (o alguien no encaja en nuestras vidas), pero aun así nos esforzamos (y forzamos) por hacer que todo funcione.

Aunque está claro que Ana y Juan no encajan, ella se ha estado desviviendo durante años en tener “su” relación “perfecta” donde en realidad solo había una relación tóxica. Ha luchado tanto por su relación que ahora ya no sabe ni quien es ella. Pero Ana no se da cuenta, que no se trata de esfuerzo, si no de aceptar que las parejas pueden tener una fecha de caducidad. 

Juan y Ana no tienen los mismos objetivos ni estilos de vida. Mientras estuvieron en la universidad puede que aparentemente compartieran muchas cosas, sin embargo, ahora no había un proyecto de futuro común: mientras Ana tenía la expectativa de crear una familia y tener estabilidad económica, Juan prefería una vida sin complicaciones ni ataduras.

Cuando no encajamos en la vida de alguien el problema, es que a menudo pensamos que es por culpa nuestra. En el caso de Ana, ella llegó a plantearse que quizá es que no era atractiva y se puso a dieta aun estando delgada. Se empezó a aficionar a los videojuegos (aunque siempre los había odiado) y optó por mirar el futbol para tener más temas de conversación con él. Como se enteró de sus infidelidades, llegó incluso a salir de fiesta con él. Esta decisión le llevó a que a ella la llamaran la atención en el trabajo por bajada del rendimiento y que él se agobiara más.

Tenemos varios casos en los hay personas que incluso hacen ver que tienen menos dinero para que su pareja no se sienta intimidada, otras que viven por encima de sus posibilidades para atraer a la persona de sus sueños, otras que mienten en los estudios que tienen, los puestos de trabajo que ocupan, que cambian de gustos o incluso de partido político y religión con tal de ser aceptadas.

En el caso de Ana, su esfuerzo por encajar empezó cuando salieron de la universidad. En lugar de optar por dejar a alguien que la menospreciaba y que le había sido infiel, ella buscó como podía “convencerlo” de que ella era válida.

Esto mismo puede ocurrir entre dos personas que se están conociendo. A veces, nos sentimos fuertemente atraídos por personas que sabemos que no encajan con nosotros (o que nos rechazan) y en lugar de aceptar deportivamente que jamás habrá nada y no perder nuestro tiempo, nos empeñamos en buscar la aceptación de esa persona.

¿Por qué no me quiere?

Al igual que le pasó a Ana, nuestra educación hace que la mente no pueda entender por qué alguien no nos ama si nosotr@s lo estamos dando todo por esa persona. El problema es que a veces confundimos amor con ego. El amor busca puntos de encuentro para solventar la situación, pero en caso de no ser posible es capaz de dejar ir a la persona sin resentimiento. El ego hace que tratemos de forzar de mil maneras la situación, porque no queremos reconocer que no hay nada que hacer. Que el tiempo de esa relación ya terminó y nos aferramos a cualquier cosa por intentar recuperar los buenos tiempos.

En nuestro subconsciente creemos que, si esa persona que no nos acaba de hacer caso, nos presta algo de atención, seremos felices. Incluso nos cabreamos con nosotros mismos por no saber qué quiere el otro para dárselo. Nuestro ahínco por hacer encajar todas las piezas como si nuestra vida fuera un puzle, hace que perdamos nuestra esencia y acabemos por no saber ni quiénes somos.

Jamás hay que perderse en la otra persona
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Estar con alguien que sabemos que no es para nosotros o que no nos quiere, nos hará sentir cada vez peor. Además, este tipo de decisiones denotan una clara carencia de amor propio y una muy baja autoestima. Puede que esa persona de la que nos hemos enamorado, nos dé algo de atención o que nos quiera solo a ratos, pero si no sentimos que somos alguien importante en su vida, no es sano volver. Aunque nos lo pida. En caso contrario, la relación está destinada a ser disfuncional y tóxica.

Yo no le amo, pero él/ella me ama

A veces la situación se complica aún más cuando nos encontramos ante la disyuntiva de dejar a alguien que nos ama con locura, pero a quien no amamos y con quien no somos felices. En este caso, las mujeres suelen ser las que tienen más dudas. Existe la falsa creencia de que “no es tan fácil encontrar a hombres maravillosos que nos amen y nos entiendan”, pero conformarnos con alguien solo porque somos amadas a pesar de no ser felices, muestra lo poco que nos amamos a nosotr@s mism@s.

El problema viene, sobre todo, cuando tras dejar “definitivamente” a tu pareja, conocemos a varias personas y vemos que el “mercado del amor” es mucho más complicado de lo que pensábamos: pasamos por varias citas terribles, un par de ghosting, unas cuantas relaciones que solo duraron tres meses, … y pasado un tiempo echamos en falta a esa persona con la que no éramos felices pero que por lo menos nos amaba, …  y decidimos retomar la relación. 

Son las dos caras de la misma moneda. Conformarnos con alguien a quien no queremos o buscar la aceptación desesperadamente de quien sabemos que jamás nos amará. Ambas actitudes sólo traen frustración e infelicidad.

Todos merecemos amar y ser amados

Mingle People

Para evitar este tipo de relaciones disfuncionales, hemos de aprender a valorarnos. El amor propio es vital a la hora de escoger a nuestra pareja. Ello nos evitará conformarnos con alguien que no es para nosotros y hará que sepamos encontrar a nuestro compañero de vida con mucha más facilidad.

Si sientes que no puedes ser tu misma en tu relación actual, si no eres feliz, si estás siempre enfocad@ en encajar en la vida de la otra persona para ser aceptad@, … Es el momento de hacer un alto en el camino y analizar por qué tienes este tipo de patrones, por qué crees que tú no mereces a alguien que te ame y a quien ames. Ir al origen del problema, te hará tomar conciencia de lo que has de cambiar en ti para no conformarte con menos de lo que mereces.

Aprovecha tu tiempo en soledad
El tiempo es lo más preciado que tienes, aprovéchalo

Empieza por valorarte, llenar tus espacios de amigos, familiares, viajes, hobbies, actividades, … y cuando estés llen@ de amor propio y sientas que eres feliz con tu vida, la persona indicada aparecerá.

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