Conociendo a Marta

Hace casi un año, Marta se puso en contacto con nosotros porque sentía que la pasión con su pareja había disminuido. Al principio él estaba muy pendiente de ella, le hacía mil regalos, tenían sexo habitualmente y se mostraba enamorado, pero tras 1 año de relación Marta empezaba a notar que su pareja estaba cada vez más distante.

Al principio pensó que era por temas familiares o laborales. Según Alex (su pareja) le estaban haciendo mobbing en el trabajo y su madre estaba muy enferma, así que ella se mostraba comprensiva cuando él estaba de mal humor o la culpaba de cosas sin motivo alguno.

Estuvimos trabajando la autoestima y dándole algunas herramientas para que mejorase su autoconcepto y aprendiese a poner límites, pero a las pocas sesiones decidió no continuar porque su pareja le decía que era mejor invertir el dinero en otra cosa, así que perdimos la pista de Marta.

Realidad desconocida

Al cabo de un tiempo y gracias a una amiga, Marta descubrió que su pareja estaba en Tinder y nos volvió a llamar. Le recomendamos (entre otras muchas cosas) que hablase tranquilamente con él para ver cómo reaccionaba. Las reacciones de las personas a menudo delatan muchas cosas.

La respuesta de su pareja fue directamente la del ataque. Nada más sacar el tema, Alex menospreció a Marta con frases como “pareces una loca espiándome”, “deberías trabajarte tu autoestima”, “¿qué hacías tú en Tinder?” “A ver si eres tú la que tiene algo que ocultar»…

Cuando le enseñó las pruebas, él se defendió diciendo que probablemente le habían robado las fotos y que alguien le quería hacer daño poniendo sus fotos en Tinder. “¡En mi trabajo son capaces de cualquier cosa por fastidiarme, ya te dije que me hacen mobbing!” fue su frase de defensa más repetida y luego dio paso a la típica táctica de “la mejor defensa es un buen ataque” diciéndole que le parecía indignante que creyera que él que podía estar en Tinder. Obviamente acabó su discurso con el típico “me has decepcionado”. 

Sensaciones encontradas

Viendo la reacción de su pareja ella se sintió incluso culpable. ¿Y si era verdad que los del trabajo le habían jugado una mala pasada? Llegó incluso a creer que realmente el problema lo tenía ella pensando mal de su pareja. Tuvimos que hacer varias sesiones para que se diese cuenta que la estaba manipulando. Aun así, ella se negaba a ver la evidencia y continuó con él, pero con algo menos de fe ciega.

Pasado un mes, una chica la escribió por Facebook: ¡¡Alex tenía novia y no era ella!! La chica le dijo que llevaban 6 meses juntos e incluso le envió capturas de pantalla de las conversaciones. ¡¡Marta no se lo podía creer!! Así que ante su incredulidad habló con su pareja. Obviamente lo negó todo. La volvió a tratar de loca y de celosa patológica. “Ya me montaste el numerito con lo de Tinder y te demostré que no tenías razón!” (Recordemos que él no demostró nada).  Mediante esta afirmación Alex pretendía desestabilizar a Marta a quien ya la hizo sentir culpable en su día por desconfiar de él.

En este punto Marta ya no sabía a quién creer. Su pareja parecía muy segura y por otro lado a esa chica no la conocía de nada. Pasado un tiempo Marta decidió quedar con la chica para ver si lo que decía era cierto. Tras unos minutos de conversación se dio cuenta de que todo encaja: el día que en teoría estaba cuidando a su madre enferma estaba en casa de la otra. De repente a Marta (que había adoptado una postura negacionista hasta el punto de dejar las sesiones de ayuda por influencia de él) se le cayó la venda de los ojos.

De bruces con la realidad

Decidió quedar con él. Estuvieron hablando durante 2 horas en las que la postura de él fue la de defensa-ataque. Las frases que utilizó fueron las siguientes: “Esta tía que dice que es mi novia hace 6 meses es una puta chalada. Llego a saberlo y no la escribo”, “Yo solo la escribía por pena, porque es una amargada que nadie la quiere y la hija de p*** me responde así” “No te dije nada porque tú tienes muy baja autoestima y te pones celosa por nada” “Tu no entiendes que yo sea un buen tío que quiera ayudar a alguien” “las tías estáis locas” “Ya veo que la loca esta se ha enamorado de mí y me quiere destrozar la vida y tú como eres tonta y te lo crees todo, le haces caso”,… La táctica defensa – ataque fue continua.

Recomendamos a Marta hacer contacto cero y desaparecer de la vida de este hombre para siempre. Al cabo de 2 semanas volvió a aparecer (los abusadores suelen reaparecer en un 99% de las veces). La acusaba de egoísta, poco empática y rencorosa.   Su frase antes de que Marta lo bloquease fue “¡Todos cometemos errores en la vida! ¡Ni que tu fueras perfecta! ¡Parece que aquí la única que puede cometer errores eres tú! ¡yo cometo uno y a mí no se me perdona! ¡Eres una rencorosa! ¡No me esperaba esto de ti! ¡Una lástima que hayas decidido destrozar lo nuestro por una chorrada! ¡La vida ya te enseñará que hay que ser más buena persona y aprender a perdonar!

Alex, la buscó por las redes sociales, la llamó por teléfono, buscó a sus amigas, utilizó la táctica de la víctima diciendo “Marta me ha abandonado por un mal entendido”, se presentó en su casa y en su trabajo, la envió flores…. Todo esto podría parecer romántico para alguien que no sepa lo que es un perverso narcisista. En los amores de las películas de Hollywood (llenos de relaciones tóxicas) se perdona todo por amor, pero estamos en el mundo real y la realidad es muy distinta: Marta estaba saliendo con un narcisista.

Estas personas no cambian, solo mejoran el método. Son capaces de todo por tener a alguien al lado a quien menospreciar. Es la única forma que tienen para poder sostener su débil autoestima: destrozar y pisar la autoestima de la otra persona.

Superándolo paso a paso

Marta ha tenido que hacer terapia para poderse sacar el sentimiento de culpa que él consiguió que tuviera con sus tácticas de manipulación. Ha tardado meses en salir adelante. La parte positiva de esta historia es que ahora Marta está conociendo a alguien y estamos trabajando conjuntamente para que sus temores no afecten a su nueva relación.  La parte negativa es que este tipo de personas están a la orden del día y dejan secuelas en la autoestima y afectar seriamente a las futuras relaciones de pareja.