A continuación, hablaremos de los distintos eneatipos desde el punto de vista de crecimiento personal. Obviamente cada eneatipo tiene un sinfín de virtudes que abordaremos en otro artículo. Si quieres ver algunas de las características de los eneatipos puedes encontrarlos en nuestra web. Si, además, deseas saber cuál es tu eneatipo y conocerte un poco mejor, puedes hacer nuestro test Bioamb.

Eneatipo 1 – El que quiere ser perfecto

Se siente imperfecto y para compensar esa sensación de insuficiencia busca constantemente la perfección tanto en sí mismo como en su entorno. Suelen ser bastante intolerantes con las personas que no actúan como ellas consideran que deben hacerlo, sobre todo si formas parte de su entorno.

Por ejemplo:  Si ellxs consideran que una pareja “perfecta” debe reunir X características, se esforzarán en ser ellxs mismos esa pareja perfecta y que tú también lo seas.

Necesitan que se cumpla con el ideal que ellxs tienen en su mente y si no es así, sienten gran enfado y frustración. Tienen tendencia a creer que tienen la razón en todo y tratan de imponer su criterio sobre quien opina de forma distinta. Esto hace que en ocasiones den una imagen de rigidez y prepotencia al resto de personas.

Esta búsqueda de la perfección les hace muy competitivos y grandes trabajadores, pero el desgaste que les supone es muy alto.

Su aprendizaje pasa por aceptar que la perfección no existe y que los demás tienen derecho a pensar distinto a ellos y aun así tener razón (su razón). La aceptación de su propia imperfección y de la forma de ser del otro sin intentarlo cambiar con serenidad será su gran aprendizaje de vida.

Eneatipo 2 – El que necesita amor

El amor es la base de todo. Sin embargo, este eneatipo busca ese amor que no se tienen a sí mismos fuera de ellos, porque muy en su interior, consideran que amarse a uno mismo es egoísta. 

Aparentemente son personas muy generosas y que se desviven por los demás, pero, aunque les cueste reconocerlo ese amor no es desinteresado, porque buscan una compensación a sus esfuerzos mediante el reconocimiento y lealtad por parte de las personas a las que ha ayudado.

Suelen priorizar las necesidades de los demás a las propias y se suelen dejar en último lugar, llegando a hacer incluso cosas por los otros que no harían ni por sí mismos. Para ellos lo más importante es ser considerado buena persona. Creen que cuanto más ayude a la gente, más le querrán. Así que esa ayuda aparentemente desinteresada en realidad lo que busca es ser querido y por tanto sentirse feliz de verse valorado.

Si no reciben ese reconocimiento o luego la otra persona no compensa lo que ellos han dado de forma aparente “desinteresada” entonces se sienten tristes y frustrados.

El problema es que son personas dependientes e incapaces de estar en soledad y a menudo pueden echar en cara que la otra persona no haya seguido sus consejos o valorado su ayuda. Su camino pasa por atender primero sus propias necesidades y desarrollar el amor propio.

Dentro de este perfil es donde hay más personas que adolecen del perfil de “salvador/a” que tanto atrae a las personalidades narcisistas.

Eneatipo 3 – El que necesita valoración

Necesita destacar o sobresalir en algún ámbito. Cree que si no sobresale nadie lo tendrá en consideración, así que se esfuerza en ser el número 1 en algún aspecto de su vida (generalmente el laboral).

Normalmente tienen un punto narcisista que hace que quieran acumular triunfos para ser reconocidos, además de una cuidada y estudiada imagen personal que le haga destacar sobre el resto.

En la mayoría de casos, son amantes del lujo, de las marcas, y/o de lo exclusivo. El problema es que están tan preocupados en agradar, en mostrar una máscara de “triunfador/a” y en recibir reconocimiento que a menudo no se conocen ni a ellos mismos.

Son capaces de adoptar actitudes camaleónicas para conseguir sus cometidos, impresionar o simplemente para encajar en algún lugar o circulo de gente que le interese. Raramente se juntan con gente que no sean de un nivel X. 

Dentro de este perfil hay muchos directivos y profesiones que tienen un trasfondo de “éxito”. Sin embargo, aunque sea lo habitual, no necesariamente han de tener éxito a nivel profesional.

Si por ejemplo se tratase de un/a encargadx de tienda que fuera rocker, tendría los mejores y más buscados vinilos y miraría de codearse con la gente de las bandas más “in” del momento. Además de que se llevaría de lujo con lxs jefes.

Su proceso personal pasaría por empezar a valorarse a sí mismo por quiénes son realmente y buscar su propia esencia. Ser más auténtico.

Eneatipo 4 – El que necesita atención

Se siente especial, diferente, incomprendido y necesita ser visto por los demás. Suelen tener una personalidad muy creativa que ellos sienten que no encaja con la sociedad actual. A veces se aíslan porque creen que su entorno es demasiado mundano y a menudo sienten que les falta algo para poder sentirse plenos.

Esa insatisfacción hace que se alejen de la mayoría de personas y que puedan sumirse en la tristeza, la melancolía o incluso la envidia.

Tienen un perfil bastante egocéntrico (aunque ellos difícilmente lo reconocerán) y tratan de compartir sus emociones, sensaciones y sensibilidad continuamente porque quieren ser comprendidos en todo momento. Sin embargo, no se dan cuenta que a menudo se olvidan en entender al otro. Básicamente porque están demasiado centrados en ser entendidos y vistos por el resto.

Suelen tener bastantes altibajos emocionales porque viven todo con mucha intensidad. Sus relaciones de pareja suelen ser ambivalentes: hoy te amo con locura, hoy no sé qué me pasa.

Dado que viven las emociones con mucha intensidad, es muy habitual encontrar dentro de este eneatipo a grandes artistas como Kurt Cobain, Van Gogh o Virgina Woolf.

Su camino de crecimiento pasará por salir de sí mismos y empezar a abrirse al resto del mundo.  Cuando se interesen tanto por las emociones de los demás como por las propias, sus vidas cambiarán muy positivamente.

Eneatipo 5 – El que teme expresas sus emociones

Suelen ser personas frías y distantes a las que les cuesta intimar. Generalmente llegar a tener una amistad con un eneatipo 5 va a llevarte un tiempo. Les incomoda el contacto físico y las muestras de afecto muy efusivas o públicas. Sus muestras de cariño serán mediante detalles, no tanto mediante el contacto.

Son poco espontáneos, muy reservados y celosos de su intimidad. Prefieren escuchar que hablar y en caso de discusión pueden dar su opinión, pero no “perderán energía” en defenderla. De hecho, no entienden demasiado porque las personalidades más efusivas y pasionales pierden tanta energía en defender su punto de vista con tanta vehemencia.

Son de apego predominantemente evitativo y les gusta estar en su mundo. Son poco propensos a hablar de su vida. Puedes estar años siendo amigx de un eneatipo 5 y no saber ni dónde nació. No es que oculten nada, simplemente prefieren no compartir datos de su vida.

Huyen de complicaciones y de “dramas”, teniendo un punto de vista de la vida más pragmático y muy poco emocional. Les suelen cargar las personalidades muy intensas. No suelen ser sociables y su círculo de amigos generalmente es pequeño y de hace años.

Les gusta acumular conocimientos, datos y estudiar sin parar. Les abruma pasar a la acción de todo aquello que han estudiado tanto como abrirse emocionalmente a alguien. Tienen una gran coraza que se preocupan mucho en mantener.

Su camino pasa por confiar más en la vida y abrir su corazón a todos los niveles (empatía, atreverse a mostrarse más, tomar riesgos, humildad para reconocer que la teoría por sí misma no es nada, y que no saben tanto como creen…).

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